Entraste en mi vida sin preguntarme y hoy no se como alejarte. Ya no se lo que digo, ya no se lo que pienso y mucho menos lo que siento.
¿Por qué no preguntaste si quería que todas las horas se me fueran pensando en ti?
¿Por qué no preguntaste si quería temblar al verte?
¿Por qué no preguntaste si quería perder mi equilibrio con sólo ver tus ojos?
¿Por qué no preguntaste si quería dejar de ser yo para incluirte en mi vida?
¿Por qué no preguntaste si quería quererte como ya te quiero y extrañarte como ya te extraño?
Y es que por no preguntarme, no tuve opción a contestar, pero ahora que lo pienso bien, aunque me hubieras preguntado de todos modos me habría de ti enamorado.
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